"¿Por qué?" se preguntará alguien, "si a las chicas rellenitas no les sientan bien". Pues porque me gusta resaltar mi cintura y eso precisamente me dijeron las dependientas de la primera tienda a la que fui. "¿No te sentaría mejor un vestido recto y oscuro?" me propusieron. No, les respondí, me apetece uno que me marque la cintura. Y así una tienda tras otra. Hasta que al llegar a la cuarta tienda me cansé y se lo solté a la pobre mujer que nada había hecho. "¿Por qué tengo que llevar un vestido recto? Parecemos todas que llevamos un saco de patatas en vez de un vestido. Se nos tapa todo y no tenemos la facilidad de resaltar ninguna parte de nuestra anatomía, y ¡oye! a mi me gusta mi cintura ¿por qué la tengo que esconder debajo de un trapejo recto?". Al final la mujer, delgada como un palo, me dio la razón.
A propósito de todo esto escribo esta entrada, porque muchas de nosotras estamos ya cansadas de que cuando nos ponemos un vestido se nos intente ocultar debajo de formas muy rectas, cuando las curvas del propio cuerpo son bonitas. Tampoco hay que ir marcando michelín que queda horroroso no, lo siguiente, pero si resaltar las partes de nuestro cuerpo con las que estamos más a gusto. Y a mi que mi cintura me gusta, y que personalmente me queda mil veces mejor un vestido que me la marca que un saquejo de patatas puesto por encima, esta Nochevieja me voy a plantar una cinturilla de avispa que que tiemble Cathie Jung y unos tacones que a las dos horas no voy a poder con el alma (¡es que me encantan los zapatos!).
Un beso, espero haber sido de ayuda, y suerte!
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